El Bethany Beauty College ayuda a preparar a personas interesadas en convertirse en estilistas y manicuristas, entre otras carreras relacionadas a la belleza.
No solo las escuelas sino también los salones de belleza tuvieron que cerrar sus puertas a causa de la pandemia el año pasado.
“Tuvimos que cerrar 90 días y una vez que nos dieron permiso de abrir nuevamente, cerramos por otra semana para poder desinfectar todo.”
A pesar de la incertidumbre que dejaba la pandemia, Andrea Reyes, una joven hispana decidió luchar para hacer realidad su sueño de convertirse en una manicurista porque desde pequeña le llamaba la atención lo llamativo que podrían ser las uñas.
“Me gustan las uñas porque me gusta como mejoran la apariencia de una persona.”
Tammy Albrightson tiene 25 años trabajando como instructora en el Bethany Beauty College y el año pasado fue uno de los más difíciles en toda su carrera.
“Esta es probablemente una de las industrias más difíciles de enseñar en línea porque no puedes enseñar un corte de cabello en línea, esto tienes que hacerlo con tus propias manos.”
Para ayudar a proteger a sus estudiantes y clientes la escuela ha hecho algunos cambios a su protocolo.
“Pedimos que nuestros clientes nos esperen en su carro hasta que alguien salga por ellos, les tomamos la temperatura, les pedimos que se laven las manos cuando lleguen, desinfectamos cada hora antes y después de atender a un cliente.”
Si un estudiante se siente mal tienen permiso de no venir al salón en persona y pueden conectarse a través de zoom. Durante momentos de instrucción las maestras también hacen lo posible para seguir con el distanciamiento físico.
“Ellas traen sus computadoras o celular y nos separamos. Algunas hasta se van a su vehículo y sólo entran en el edificio físico cuando están haciendo sus prácticas.”
Andrea ha tenido que tomar algunas de sus clases a través de zoom y aunque es buena usando la tecnología prefiere aprender de manera presencial.
“No tenía problemas para usar el zoom, pero si tenía problemas para aprender de manera virtual.”
Pero no todo es malo porque según la Bethany Beauty School sus números de matriculación han mejorado.
“La pandemia ha contribuido a que las personas se den cuenta de que existen otras posibilidades de trabajo y una de ellas es ser una estilista, así que nuestro número de estudiantes ha aumentado.”
Durante la pandemia, Reyes, ha hecho lo posible para enfocarse en lo que en realidad importa al haber terminado su preparatoria y poder lograr muy pronto graduarse como cosmetóloga.
Al tener una madre que es dueña de un salón de belleza, Andrea pudo ver cómo la pandemia no solo afectaba las oportunidades que tenía para elegir una escuela sino que también afectaba a los salones económicamente. Ha aprendido lecciones valiosas como buscar más fuentes de ingresos.
Ahora Andrea solo busca cumplir sus sueños de algún día trabajar junto a su madre y posiblemente poder arreglar las uñas de algunas personas famosas.